La discriminación y la desigualdad de género continúan siendo una enorme barrera para las mujeres y las niñas que genera un gran impacto en la respuesta al sida. #ZeroDiscriminationDay

El Día de la Cero Discriminación se celebra cada año el 1 de marzo. Se trata de un día universal por naturaleza que no tiene que ver solo con el VIH o aspectos referentes a la salud, aunque sí lo es en su esencia, y que busca llamar la atención sobre cuestiones relacionadas con la discriminación. En esta fecha, ONUSIDA suele pilotar la campaña internacional centrada en temas que tienen que ver con la salud y el VIH.

Este año, de mujeres LTB: Sororidad y Feminismo, SOMOS quiere insistir en la importancia que este día tiene para las mujeres y las niñas no sólo en el día de hoy sino también en un mes de marzo en el cual podremos observar cómo se desarrollan, entre otras, acciones como el Congreso Beijing+25, la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer o la Reunión de alto nivel de la Asamblea General de las Naciones Unidas, la cual tendrá lugar en septiembre.

Leticia Ojeda, portavoz de Salud Sexual y VIH de SOMOS insiste en que en 2020 tenemos que aumentar la visibilidad de los desafíos que plantea la discriminación contra las mujeres y las niñas. Es importante destacar que aquí se incluyen las mujeres en toda su diversidad, también las que viven con el VIH, las trans y las trabajadoras sexuales.

En esta misma línea, Alberto Barquero, Secretario de Organización de la ONG activista señala que debemos generar voluntad política y apoyo a la acción para acabar con las formas de discriminación legales contra las mujeres y las niñas, y derribar las barreras económicas que impiden el acceso igualitario de las mujeres a la salud y la educación.

Entre estas cuestiones, SOMOS, destaca la edad de las leyes de consentimiento para acceder a los servicios sanitarios, las leyes que protegen a las mujeres de la violencia, las leyes para evitar los matrimonios tempranos, los programas para apoyar la capacitación económica de las mujeres y las niñas, la descrimininalización del trabajo sexual y la discriminación contra las mujeres y las niñas en el ámbito educativo, sanitario y en el lugar de trabajo, así como los derechos patrimoniales y sucesorios.

Barquero reclama, a la vez, que las leyes aragonesas trans y LGTBI deben implementarse con seriedad y rigurosidad porque no entendemos desde SOMOS la lentitud, y lo infructífero de las procesos puestos en marcha. En este sentido, Ojeda recalca que, de nuevo, el Gobierno de Aragón parece no entender que los colectivos LGTBI somos representativos de todas las realidades y no sólo de una letra cualquiera. Y esto es aplicable a los foros de discusión pero también a los departamentos del Gobierno de Aragón que nos están asfixiando a sabiendas, dejando desprotegidas a muchísimas personas usuarias de los diferentes servicios existentes que están viendo cómo sus recursos asistenciales están comenzando a desaparecer.