España NO será la cuna de la ultraderecha internacional, por mucho que lo intenten.

Ya ha quedado demostrado, en las urnas y en las calles, que la sociedad española apuesta por la convivencia, la diversidad y los valores democráticos.

Tenemos derechos a ser respetadas, ser dignas y formar parte de una sociedad diversa.

Los discursos de odio desde los parlamentos y los grupos políticos se convierten en agresiones en mas calles.

Porque el odio no es, ni será nunca libertad