Mucho lirili y poco lerele

El compromiso de un Ayuntamiento con el respeto a la diversidad no se puede limitar a banderas y colores, hace falta un compromiso real con la comunidad.

Zaragoza, 28 de junio de 2024, ya se van notando los preparativos de la manifestación con motivo del orgullo LGTBI+ en Zaragoza. Por estas fechas se suelen realizar pequeños homenajes y otras acciones de sensibilización para este día. Ayer por la mañana se debatía en el Pleno del Ayuntamiento de Zaragoza una moción por la que se quería dar reconocimiento a las asociaciones LGTBI+ y que pretendía también impulsar campañas de sensibilización con el objetivo de prevenir situaciones discriminatorias y de odio hacia este colectivo.

Tras el debate la actual corporación del Ayuntamiento (PP/Vox) ha decidido votar en contra de esta iniciativa, que reflejaría un compromiso claro hacia los incidentes de odio hacia nuestra comunidad. Claramente ese compromiso no está por parte de estos dos partidos, y es importante recordar que el grupo popular votó a favor de las leyes trans y LGTBI en Aragón e incluso llegó a marchar en la manifestación del orgullo del año 2021 en protesta por la denuncia de Abogados cristianos sobre la colocación de la pancarta con las banderas arcoíris y trans en el balcón de la casa consistorial.
La deriva que este grupo, supuestamente aliado, está teniendo en esta última legislatura en la indiferencia hacia la diversidad afectivo-sexual, familiar y de género es preocupante. No somos un movimiento partidista, sino un movimiento en pro de los derechos humanos y gustamos de contar con las mayores alianzas posibles; motivo por que el que denunciamos aquellas acciones que van en contra de nuestro bienestar.
Llevamos desde 2018 con dos leyes (la 4/2018 y la 18/2018) sin reglamentar. Dos leyes que trans mucha rimbombancia se han quedado ahí, guardadas en un cajón. Todos los años el Ayuntamiento de Zaragoza realiza un pequeño acto institucional en el que invita a todos los colectivos LGBTI+ de la ciudad para participar. También desde diferentes delegaciones y organismos se colocan banderas, pancartas o se iluminan edificios con los colores del arco iris; iniciativas que están muy bien pero que por sí solas no sirven de mucho. Desde la comunidad LGTBI+ empezamos a estar cansadas de que el compromiso de las administraciones públicas se limite a la fotografía y el ‘quedabienismo’. Qué decir que este año no cuenten con nuestra presencia, si quieren foto que se la hagan ellas y ellos, las asociaciones tenemos otros compromisos mucho más beneficiosos para nuestra comunidad.
Somos conscientes de que el orgullo gusta, que es una manifestación diferente, una forma de protestar y visibilizarnos muy llamativa, pero estamos ya hartas de que se nos utilice como reclamo publicitario, como la acción diversa del momento, como una comunidad cuyos derechos son una moneda de cambio y de que se ignoren nuestras necesidades y reclamos.

Por si alguien tenía alguna duda de por qué es necesario el orgullo, es porque somos mucho más que una bandera en un balcón y que una foto en un periódico. Somos una marea que lleva clamando por derechos y respeto desde el año 77 en este país; somos una marea que va a seguir saliendo a la calle hasta que no haya una sola persona del colectivo que sufra discriminación o cualquier tipo de violencia por su orientación sexual, identidad y/o expresión de género. Somos una marea que ha conseguido hacer de este un país en el que pasaron a pegar palizas a maricones a que ahora tengamos derechos.

Es gracias a la política en la calle, a la presión que asociaciones y la ciudadanía ha ejercido para conseguir los derechos de los que gozamos actualmente. Esta tarde estaremos un año más en las calles gritando, ¡no daremos un paso atrás!