Con la etiqueta #MeQueer, miles de personas LGTBI estamos contando en Twitter nuestras historias de discriminación y acoso. Historias en primera persona que las personas que formamos parte de SOMOS conocemos en un doble sentido.
En primer lugar, porque las hemos vivido y, en segundo lugar, porque las revivimos a diario a través de nuestro Servicio Integral de Atención a personas LGTB, sus familiares y entorno.
El hashtag lleva circulando en redes con mensajes en castellano desde el pasado 24 de agosto y lejos de ser anecdótico se ha convertido en un fenómeno de empatía y asertividad que a muchas personas nos ha emocionado, pues nos ha hecho sentir que no estamos solas y lo que te está pasando también me pasó a mi, confiesa Alejandro Sierra, Coordinador del Servicio de Atención de SOMOS.
Como ya han informado varios medios de comunicación tras analizar el fenómeno, en España, la etiqueta la empezó a difundir el periodista de PlayGround Rubén Serrano, que escribió un artículo sobre el impacto del hashtag en otros países y el viernes pasado llegó a ser primer trending topic en España.
Miles de personas hemos escrito nuestras historias en primera persona, lo que demuestra la LGTBIfobia que sigue existiendo en la sociedad. Por este motivo es fundamental seguir trabajando, entre otras cosas, en la aprobación de la Ley Estatal LGTBI, en la reglamentación de la ley trans de Aragón y en la ley de Igualdad LGTBI de nuestra Comunidad Autónoma, sigue diciendo Sierra.
En esta misma línea, Juan Diego Ramos, Presidente de SOMOS, continúa diciendo que como se desprende de los testimonios, muchas personas seguimos sufriendo discriminación LGTBIfóbica y agresiones por nuestra orientación sexual y nuestra identidad y/o expresión de género y muchas de estas situaciones no se denuncian; incluso el Ministerio del Interior ha publicado un mensaje animando a la denuncia.
El Servicio Jurídico de SOMOS informa que en el colectivo LGTBI es muy difícil la denuncia y afrontar la discriminación, entre otros aspectos porque existe un silencio en el seno familiar que hace que la discriminación se viva en solitario y que se tenga miedo a la denuncia y la desprotección.